De las 1,564 personas reportadas como desaparecidas a la Policía en 2012, más de un centenar aparecieron muertas y más de 600 siguen desaparecidas. Si la prensa o las redes sociales no viralizan un caso, si quien desapareció no es diplomático ni funcionario o se sospecha que pertenece a una pandilla, las autoridades se quedarán de brazos cruzados. Iris, Amílcar e Irma se esfumaron un día y sus familias vieron con amargura cómo, en su angustia, el Estado las dejó solas.