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Pandillas desconocen nueva tregua y dicen que “únicos” mediadores son Mijango y Colindres

Representantes de las pandillas Barrio 18 y Mara Salvatrucha sentenciaron que no existe otro proceso de tregua más que el impulsado desde marzo de 2012 y que no hay otros mediadores que Mijango y Colindres. Exigieron que el Gobierno retome ese proceso y advirtieron que la tregua pende de un hilo. De romperse, homicidios podrían subir hasta los 24 diarios, advirtieron.


Fecha inválida
Daniel Valencia Caravantes y Óscar Martínez

Las dos facciones de la pandilla Barrio 18 (sureños y revolucionarios) y la Mara Salvatrucha dieron un golpe sobre la mesa la noche del martes 29 de abril al desconocer el nuevo proceso de diálogo impulsado por el ministro de Seguridad Ricardo Perdomo, el padre pasionista Antonio Rodríguez, las iglesias católicas y evangélicas y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Para las pandillas, los únicos mediadores en el proceso de pacificación no pueden ser otros que el exdiputado Raúl Mijango y el obispo castrense Fabio Colindres, y el único proceso de tregua es el que, aseguran, siguen sosteniendo las pandillas pese al bloqueo que el gobierno ha dado al pacto original con el cual nació la tregua, en marzo de 2012.

La pandillas, a manera de mensaje para el futuro gobierno del FMLN, señalaron en un comunicado -y en una muy reducida rueda de prensa- que de no retornar el proceso de la tregua a como estaba antes de la llegada del ministro de Seguridad Ricardo Perdomo, en junio de 2013, el escenario que se le plantean al presidente electo Salvador Sánchez Cerén supone una escalada de la violencia dado que ya no existiría ninguna condición para seguir manteniéndola.

“El día que la tregua se rompa, ese día va a haber unos 10 muertos más de los 14. Así lo vemos: unos 24 muertos al día”, dijo un representante de los sureños del Barrio 18 a El Faro.

El más reciente comunicado de las pandillas se da a conocer apenas tres días después de que el presidente Mauricio Funes declarara en su programa de radio sabatino que la tregua se había roto por culpa de la pandilla Barrio 18. “Lamentablemente como es una tregua suscrita por pandillas y no por el gobierno y las pandillas, no deja de tener cierta fragilidad en la medida en que depende de la voluntad de las pandillas. Una de las pandillas decidió romper la tregua o al menos dejar de cumplir los compromisos que había adquirido: El Barrio 18 (…) son estos quienes están asesinando y han hecho que los homicidios se incrementen”, aseguró Funes el pasado sábado 26.

Para el lunes 28, el mediador de la tregua Raúl Mijango desmintió a Funes y ahora son las pandillas, o al menos representantes creíbles de las pandillas, quienes descalifican a Funes, asegurando que pese al alza de los homicidios registrada desde junio de 2013, fecha en la que Ricardo Perdomo asumió la cartera de seguridad, la tregua continúa. Este martes 29, por la noche, El Faro y al menos otros dos medios de comunicación, entre estos la Agencia de Prensa Francesa (AFP) fueron convocados por las pandillas a una reunión, en la que tres voceros dieron a conocer la postura de las pandillas frente al nuevo proceso de diálogo que ha impulsado el gobierno. Uno de los voceros dijo ser representante de los sureños del Barrio 18, otro de los revolucionarios y un tercero de la Mara Salvatrucha. Para participar de la convocatoria pusieron como requisito resguardar sus identidades y se negaron a dar a conocer sus nombres, a revelar sus sobrenombres o al menos los lugares en los que operan, o a permitir fotografías de sus rostros. En el comunicado dicen hablar, además, por la Mao-Mao, la Máquina, Mirada Locos 13 y reos comunes de los centros penitenciarios.

Como primer punto, las pandillas celebran y critican al presidente Mauricio Funes por haber propiciado la tregua y por ser él mismo quien quiere enterrarla. Responsabilizan al presidente de ser el principal responsable de la baja de los homicidios registrada hace dos años, cuando inició la tregua, y del alza hoy que está a un mes de dejar Casa Presidencial. Por un lado, los pandilleros celebran que Funes haya avalado las facilidades con las cuales inició la tregua, “que hizo posible la reducción de la violencia armada de un promedio de 14 a 5 homicidios diarios” y que se sostuvo “durante 15 meses”.

En marzo de 2012, el gobierno de Funes pactó con las pandillas la reducción de los homicidios a cambio de una serie de beneficios penitenciarios que en síntesis supuso la reintegración de los mandos de las pandillas con sus bases, luego del traslado de una treintena de reos desde la cárcel de máxima de Seguridad en Zacatecoluca, La Paz, hacia otros penales de menor seguridad. Hoy que ese pacto está roto, o al menos del cual se desentendió el gobierno desde la salida del general David Munguía Payés de la cartera de seguridad pública, el actual ministro Ricardo Perdomo ha cerrado las puertas a las negociaciones del pasado, bloqueando el acceso a cárceles de los mediadores Raúl Mijango y Fabio Colindres y cerrando las puertas a las reuniones de diálogo entre los líderes pandilleros presos y sus representantes en la calles. Este, dicen las pandillas, es el lado malo del cual Funes es al final de cuentas el único responsable, y que ha desencadenado una subida en los homicidios en los últimos meses a casi 10 diarios.

“En sentido inverso, también se puede considerar como fracaso (del gobierno de Funes) el no haberle dado continuidad a la facilitación del proceso, generándose con ello una multiplicidad de dificultades, que han repercutido negativamente y provocado que los niveles de violencia se recrudezcan en las calles”, dice el comunicado, que fue leído por el representante de los revolucionarios del Barrio 18.

“Aún no se llega a los niveles de homicidios registrados en 2011 gracias a que el proceso, pese a todos los ataques que ha recibido, sobrevive. La situación es delicada y demanda por el bien del país a las nuevas autoridades detener esta situación”, dice el final de ese párrafo.

Detener esa situación, para las pandillas, pasa por eliminar el bloqueo que el gobierno ha dado a la tregua y que otrora permitía a Raúl Mijango y al obispo Fabio Colindres encontrar acercamientos entre los líderes presos y los líderes en las calles.

“En los últimos días se habla de la existencia de dos procesos de pacificación… nosotros conocemos de uno solo y apoyamos plenamente la propuesta presentada por la Iniciativa pastoral por la vida y la paz”, dice el comunicado.

Al ser consultados sobre el peso que pueda tener en una eventual mediación en el nuevo proceso de pacificación anunciado la semana pasada por el ministro Perdomo, las pandillas fueron claras al desconocer no solo al proceso sino también a los interlocutores. Aunque celebran que ahora pueda verse un interés manifiesto de todas las glesias por participar en un proceso de pacificación, ellos invitan a todos esos actores a que se sumen al proceso de tregua que ya está instaurado, pese los bloqueos dirigidos desde el gobierno de Funes en los últimos 10 meses.

¿¡Cuál proceso!? Nosotros no conocemos ningún otro proceso más que este en el que estamos metidos desde marzo de 2012. ¿Cómo podemos reconocer que existe un proceso en el que nosotros no somos aparte de la solución? O entonces que nos expliquen cómo piensan buscar la paz de la que hablan sin nosotros. ¿Con otros 20 mil policías desplegados a nivel nacional?”, criticó el representante de los sureños del Barrio 18.

¿Es el padre Antonio Rodríguez un mediador para las pandillas?, se les preguntó a los tres voceros, y todos coincidieron al decir que los únicos mediadores creíbles y en quienes pueden confiar se llaman Raúl Mijango y Fabio Colindres.

“El padre Toño puede que se reúna con algunos de nuestros líderes en las cárceles, pero lo que hable o no hable con ellos no es representativo en el único proceso de tregua que nosotros reconocemos”, dijo el representante de los sureños.

Cuando se les preguntó si el padre Antonio Rodríguez tendría la solvencia para convocar a una reunión similar a esta, para que las pandillas emitan su postura oficial respecto al proceso de diálogo en el que actualmente participa, la respuesta fue unánime: “¡No!”

El representante de los revolucionarios fue más directo: “Nosotros confiamos, y lo digo por todos, en Raúl Mijango y Fabio Colindres. Ellos se echaron al lomo este costal. Ningún proceso tendrá frutos si no estamos a como iniciamos en marzo de 2012”, dijo.

La semana pasada, un día antes de que el ministro Ricardo Perdomo anunciara la creación de un nuevo proceso de diálogo por la paz, el obispo castrense Fabio Colindres anunció el relanzamiento de la tregua que había estado mediando en los últimos dos años. Para las pandillas, es este proceso, y no otro, el que debe tomar en cuenta el nuevo gobierno, para el cual lanzan un mensaje:

“Es una propuesta que con mucho respeto se le está haciendo para su consideración a las nuevas autoridades electas”, dijeron en el comunicado.

En este nuevo mensaje, las pandillas también toman postura respecto al contexto de violencia actual, que incluye supuestos toques de queda y la denuncia de las autoridades por ataques orquestados desde las pandillas contra delegaciones policiales y el asesinato de siete agentes en lo que va del año.

A la Policía, las pandillas también mandan un mensaje. “Ustedes, al igual que nosotros, son miembros de las familias pobres del país, son trabajadores de la seguridad, vivimos en los mismos barrios y colonias, y, en una gran mayoría de casos, nos unen lazos familiares, por tales razones no los consideramos nuestros enemigos”, se lee en el comunicado.

Las pandillas aseguran que ellos no han ordenado ni toques de queda ni ataques contra la Policía, pero dejan entrever que las cosas en la calle se están saliendo de control. Ellos acusan a los agentes de haberse dejado instigar por sus jefaturas para recrear escenarios de represión en los territorios dominados por las pandillas. Acusan que se han registrado 29 asesinatos contra pandilleros como producto de una mala interpretación del uso de la fuerza policial, y que hay policías que capturan pandilleros y los sueltan en territorios de sus rivales para provocar una confrontación que derive en muertes.

La denuncia hecha contra agentes de la Policía contrasta con algunas realidades. En la última semana El Faro ha sostenido conversaciones con los agentes desplegados en una de las zonas con mayor presencia de pandillas, y el escenario que estos agentes pintan dista mucho al que las pandillas quieren que creamos. De hecho, estos agentes señalan que mientras el gobierno habla de dar más herramientas a los policías para que puedan combatir a las pandillas, protegerse de las pandillas, las órdenes desde las jefaturas plantean otra realidad.

“Es como si quisieran que nos desarmemos, que les permitamos a ellos tomar el control de estos territorios”, denunció uno de estos agentes, desde la sede policial de este territorio dominado por los sureños del Barrio 18.

En el último año, por ejemplo, los agentes denuncian que se redujo el recurso humano en patrullajes, y para un territorio dominado por unos 160 pandilleros, solo dos policías patrullan -por turnos- la zona. “¿Qué poder disuasivo y de prevención podemos ejercer solo con dos agentes en calle? ¿Qué control puedo tener como autoridad si solo voy con mi compañero, a esquinas y pasajes en donde me encuentro con hasta 10, 12, 20 pandilleros? La verdad es que, como dicen ellos, acá nosotros estamos de intrusos, de simples espectadores. A esto hemos llegado con la tregua”, critica uno de estos agentes.

Pero las pandillas, a nivel general, dicen que en la calle las cosas “se están poniendo muy calientes” y que sin las facilidades que se tenían antes para hacer un llamado a la paz –y sobre todo en circunstancias en que policías y pandilleros se están enfrentando constantemente- es difícil que todas las clicas del país no se “salgan de huacal”.

“Hay territorios que los estamos perdiendo (del proceso de tregua). La violencia trae más violencia. Si te matan a tres en la calle, ¿qué les vas a decir? ¿Calmate? Hemos perdido el control en ciertas zonas del país ”, dijo el representante de los revolucionarios, al tiempo que mencionó, como ejemplo, los reajustes que han tenido que hacer en Zacatecoluca, debido a que algunos líderes y algunas “chanchitas” de la zona se están resistiendo a continuar con la tregua. Este representante dice que en ningún momento los problemas que han tenido a Zacatecoluca explican la totalidad del incremento de los homicidios, y en ningún momento suponen, esas rencillas internas propias de los revolucionarios, el fin de la tregua.

El representante de los sureños lo secundó: “Si nos ven, aquí estamos representantes de la revolución, nosotros los sureños, junto a nuestro acérrimo rival (la MS), diciendo que la tregua continúa. La tregua sigue, y la seguimos sosteniendo nosotros, de manera muy complicada, bloqueados… pero solo en el último mes hemos sostenido unas 8 o 9 reuniones entre todos. Para nosotros el proceso sigue, aunque se quiera hacer ver lo contrario”, dijo. En la conformación de la mesa, fue curioso que los representantes de las dos facciones se sentaran a la derecha y a la izquierda de su otrora acérrimo rival. El representante de la Mara Salvatrucha, en el centro, era el polo a tierra que las otros dos siempre buscaron en cada respuesta, para tener certezas de que los tres hablaban con una sola voz.

En la relación con la Policía, en dos líneas del comunicado, las pandillas explican de manera gráfica qué es lo que se está viviendo en las calles hoy día: “Con todo esto (bloqueo a la tregua, represión policial) se ha provocado una situación de alta tensión entre policías y pandillas y se está generando una situación delicada y equivocada donde ya se compite por quién dispara primero”.

Para el representante de la Mara Salvatrucha, el incremento de los homicidios (de cinco a casi 10 diarios) se debe, en gran medida, a “la violencia común o a las consecuencias del accionar de otros grupos delincuenciales que se están aprovechando de esta situación para cometer sus actos, a sabiendas que todo muerto que caiga será por culpa de nosotros, los pandilleros”.

Hasta ahora, quizás el funcionario que más agresivamente se ha pronunciado contra la tregua es el fiscal general, Luis Martínez. Este no ha dejado de tildarla de 'hipócrita', y esta mañana, en una entrevista con la Telecorporación Salvadoreña (TCS), aseguró que las pandillas han recibido entrenamiento del cártel del narcotráfico mexicano de Los Zetas. Asimismo, mostró una fotografía tomada con un celular icautado a un pandillero, en que se ve a tres hombres con pasamontañas que sostienen cada uno un fusil.

La amenaza de los 24 homicidios diarios

“La tregua no se ha roto”, fue la conclusión a la que llegaron los voceros de las pandillas luego de haber leído el comunicado. Lo tregua no se ha roto, dicen, aunque reconocen que los homicidios han subido. En el primer trimestre de 2012, antes de que se ejecutara la tregua, El Salvador llegó a vivir una tasa de 14 asesinatos diarios, una escalada respecto al promedio diario del año anterior (en 2011 se registraron 11.9). Iniciada la tregua, los homicidios se desplomaron hasta los cinco diarios, un hecho inédito en la historia reciente del país que se mantuvo hasta que poco a poco el proceso fue bloqueado por el mismo gobierno que lo propició.

Lo que mantiene con vida la tregua, según las pandillas, es que hasta el momento el gobierno sigue manteniendo el soporte principal que dio nacimiento a la tregua: el traslado de los líderes de las pandillas desde penales de menor seguridad a otros con controles más blandos. La tregua se terminaría de romper, dicen, el día que el gobierno decida regresar a esos líderes de las ranflas hacia Zacatecoluca. La mantiene viva, también, el resto de mediadores que parió la tregua junto a Mijango y Colindres, y cuyos perfiles se circunscriben a los de estos tres voceros: líderes pandilleriles en la calle que, aseguran, todavía creen que la tregua y la pacificación es viable.

“Si ya es difícil lograr entendimientos con una comunicación bloqueada con nuestros líderes en la cárcel, el día que ellos regresen a Zacatecoluca entonces sí ya no habrá para adónde, porque, ¿qué comunicación tendremos en un escenario de ese tipo? Se perdería la comunicación con la calle, será más difícil que la calle siga participando”, advierte el representante de la Mara Salvatrucha.

A la fecha, las pandillas siguen hablando de un proceso de pacificación que sigue dejando fuera de discusión el cese de las extorsiones. Consultados al respecto, los tres voceros de las pandillas dijeron que ese tema se mantiene como está. Es decir, fuera de discusión tal cual y como lo ha estado desde el inicio del proceso. En el primer año de la tregua, incluso el ministro David Munguía Payés llegó a decir que el tema de las extorsiones tenía sentido en el proceso de la tregua porque “de algo tienen que comer”.

Según los representantes de la Revolución y la Mara Salvatrucha, sus clicas “se han calmado” en el reclutamiento de nuevos integrantes, y no están reclutando a más jóvenes para hacer crecer a sus pandillas. El representante de los sureños, sin embargo, admitió que ellos sí siguen brincando a más jóvenes.

Las pandillas no hablaron de plazos ni tiempos, pero sí dejaron claro que están a la espera de una postura clara del nuevo gobierno, que asumirá las riendas de este proceso el 1 de junio. A la fecha, ni el presidente electo Salvador Sánchez Cerén, ni el vicepresidente electo Óscar Ortiz ni el partido FMLN, se han pronunciado a favor o en contra de la tregua, ni a favor o en contra del nuevo proceso de diálogo impulsado por el ministro Ricardo Perdomo.

Al finalizar, se le preguntó a estos voceros sobre las garantías que pueden dar las pandillas sobre su promesa de continuar gestionando la tregua siempre y cuando se retome el modelo iniciado en marzo de 2012, con Mijango y Colindres a la cabeza del proceso de mediación.

“La garantía es que nosotros logramos y demostramos que durante 15 meses bajamos los homicidios de 14 a 5 diarios. Incluso en uno de esos días hasta el presidente Funes celebró un día sin homicidios. En ese tiempo no se mató a ningún policía ni a ningún custodio de cárceles. Ahora, con un día que nosotros dejemos de regular sin fuerza este proceso, ya hay gente que comienza a salirse del huacal. Así de seria es nuestra garantía”, dijo el representante de los sureños.

Comunicado de las pandillas firmado el 28 de abril de 2014. Foto El Faro
 
Comunicado de las pandillas firmado el 28 de abril de 2014. Foto El Faro

 

Comunicado de las pandillas firmado el 28 de abril de 2014. Foto El Faro
 
Comunicado de las pandillas firmado el 28 de abril de 2014. Foto El Faro

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