Bitácora /
Poemo a la patria

En el mes patrio es menester cantarle cariñitos a los pocos miles de kilómetros cuadrados –aterradores y queridos– a los que llamamos país. Este es uno de esos intentos de expresarle sentimientos a la patria, lenguaje de género incluido: es un poemo. 


Fecha inválida
Carlos Martínez

 

Patria en llamas, patria triste, corillo de quejidos, ángel de la muerte:

Un día de estos me desayuné en el facebook con Jack el Destripador, en versión hijo de Fidel Chávez Mena, o sea un gordillo buenazo, de corbata, fufurufo según yo, quizá hasta padrino de alguna promoción de la ESEN. Que para remate descuartizó a un albañil en los mismos apartamentos donde vivió el Colocho cuando era estudiante. Donde yo tomé ron dulce siendo muchacho. Descuartizó. ¿Oíste?, des-cuar-ti-zo y luego, teatral él, en-ma-le-to. Enmaletó al albañil en tres maletas baratas. No bastándole con escribir columnas sobre inteligencia emocional, en El Diario de Hoy, para mayor INRI, este caballero hizo un estropicio quizá sobre el piso en el que yo tomé ron en el depa del Colo.

Pajarilla tuerta, machete en mano, jirón de bandera, mala madre:

Se fue el Mecho. Se fue, se largó corriendo el Mecho. En el Externado San José habían prohibido que tocáramos en la misma sección, desde una vez que pusimos unas pilas de las cuadradas en los baños, para que los otros niños se electrocutaran la inocencia cuando orinaban. A los dos nos echaron a la mierda en noveno para solaz de la urraca que daba inglés y desde entonces, cada vez la riada nos fue alejando, más y más… quizá como debe ser. Lo fui a despedir hace poco al Mecho, tristón estaba, miedoso, antes de salir huyendo a Canadá, pensando en no volver, extrañando a su familia el Mecho antes de irse siquiera. Porque un poquito, hay que decirte, todos nos queremos ir, chulada, hasta el diputado Gallegos para robarte las tripas se inventa que se va. En un parque el Mecho se tomaba una cerveza y te extrañaba el abrazo sabiendo que te teme, que vivir es irse, lejos, lejos de vos y más si te sale el chance de irse bien, en avión, con visa, quizá con trabajo y con todas las culeradas con las que soñamos los clasemedieros tuyos. Ser tonto es quedarse, quererte es sufrir, chucha seca. Se fue el Mecho, listo el Mecho.

Ojo de maniquí que hacés de la sangre de tus muchachos la sed de las cloacas, Patria sin esperanza:

Puta, vos, bien joven se mira la Nena en la foto en la que me sale chineando. Era entonces una muchachita de Nombre de Jesús – Así se llama el pueblito de Chalate en el que nació la Nena… y mi padre, dicho sea de paso. Hierve de mareros hoy y hervía de pistoleros en los cuentos en blanco y negro de mi padre y de la Nena-. Buena fue la Nena, todavía llevo yo en el hablado un ribete azucarado de su tono campesino. Me contaba de la Chabelita, la loquita que se subía a la rueda Chicago cuando la feria llegaba al pueblo y se miaba cuando su góndola estaba arriba. Toda la gente iba putiando a la Chabelita el resto de vueltas que duraba la peseta. De una señora que tenía pisto y que ofrecía regalarlo a quien se dejara pegar y de un señor que en hambruna se iba a conseguir dinero y chilillazos de la señora y aprovechaba a llevarse al hijo mayor para traer un extra. De una profesora rural que llegaba bola –cuando llegaba– a la que perturbarle el sueño era potencialmente mortal, porque en los estertores de su goma lanzaba unas grandes tijeras a los alumnos que hicieran ruido. De las poshtas, del Lempa, de los sustos, de las Tuncas… me habló la Nena. En Las Margaritas vive hoy y ahí no se le puede visitar… “por los muchachos”. Una vez un borracho sin gracia se había apostado en la entrada de su casa, con un garrote y la Nena tenía miedo de salir y pidió a la policía que llegara a quitarlo. Casi la matan “los muchachos” por haber llamado a la Jura. Bien bravos tus muchachos, vos. Asustaron a la Nena.

Amor del malo, ceguera, llanto, niña de luto. Hasta los peores jugadores de fútbol en el mundo te llaman puta, hasta el cerdo más gordo te mastica los pechos, cosita, te sorbe el vientre, te maldice. Tu himno debería cantarse entre gemidos, y la postura oficial debería ser el llanto abierto… a menos que uno sea diputado para poder cantarte cagándose de risa. Porque humor sí tenés, cabrona, del perro, del yuca: se te achicharran las milpas y las pipianeras en pedregales secos, sin alma; pero se te hace una piscina donde debería estar la terminal de SITRAMSS. Aquí congelamos a los pingüinos ¿verdad, loca? Y nos vale verga; los presidentes le prometen novios a las elefantas y un elenco de Indios actores que venían a filmar una película, no eran actores, ni había película, ni ni mierda, era una red de tráfico de indios. La película se llamaba “deportado a la India”, con dos huevos. ¿Y las bolas? Con los destinatarios… y socala. ¿Y el TAC? No lo conecté ¿y qué pues? ¿Y ese diputado tuyo que no es narco?... ¡Quién dice! Neeel. Alcalde, dicen los gringos que usted es el mero perrón… Que no jodan, yo harina vendo. Mirá vos, ya agarró carrera la matadera otra vez, ¿y si mejor dialogamos con los mareros? N'ombre, perate, hagamos una comisión de debate, donde estén todos los sectores y todas las sectoras para que analicen lo que es el rumbo, el presente y el futuro, que den una gran analizada, los pros y los contras, perate, ya vamos a ver…

Sabés que mi onda era agarrar todo, todo lo bueno pues, y que yo lo que quería era hacerte un poema pa celebrarte el cumpleaños, reguetonera chaparrilla, agarrar la casona de mis padres, las fotos de la Chasca, la playita, mis hermanos, la María, el Rocinante, los cuates, las navidades, las frutitas en bolsa, las juergas adolescentes, a Popeye, los gatillos que le nacieron a la Tere, las sobremesas con los padres, las madrugadas con Ella… en fin, que en el camino se me torció la cosa… Total, no nos vamos a dar paja, algo nos queremos, agujerísimo, algo nos odiamos, barranco. Vapue… (así viendo a otro lado, como quien no quiere la cosa): Feliz cumple, terreno sin remedio. A ver si mejora la cosa.

(San Salvador, El Salvador. Septiembre de 2014)

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