Crónicas y reportajes /
Nuestro pozo sin fondo
Es un hecho que allá abajo hay cadáveres. Ni la Fiscalía, ni los pandilleros, ni los periodistas, ni los policías, ni el Gobierno de El Salvador dudan que abajo, en ese punto exacto, hay cadáveres. La pregunta a responder es qué ocurre una vez que toda esa gente lo sabe. Este es el diario de un pozo, y del país en el que está ese pozo.

Fecha inválida
Óscar Martínez

Adentro del pozo hay cadáveres. Quizá diez, quizá doce, quizá hasta veinte, y ciertamente no menos de cuatro. En el municipio de Turín, en el occidente de El Salvador, luego de una calle de tierra, luego de unas vías de tren, luego de una casita de bahareque, luego de un maizal, hay un pozo, y adentro de ese pozo hay cadáveres.

Diciembre de 2010

Un hombre se afianza a un arnés. Lo aferra a un árbol con una cuerda de seguridad. Se coloca un tanque de oxígeno en la espalda. Toma su lámpara. Se mete en un pozo. Oscuridad. Desciende. Diez metros, 20 metros, 30 metros. El pozo es más profundo que lo que el hombre pensó. El hombre calculó que sería de unos 30 metros, como el pozo al que había descendido meses atrás muy cerca de aquí. 40 metros, 50 metros, 55 metros, calcula. El hombre toca fondo. Alumbra. Ve calcetines, ve ropa, ve cosas viejas, ve muchos huesos, algunos pies, ve varios tarsos. Sube.

Sí, hay cadáveres al fondo del pozo

El hombre es Israel Ticas, el único investigador forense activo en el país, el único que ha bajado al pozo. El único que en este país se encarga de abrir la tierra y sacar cadáveres que luego se convertirán en evidencia en los juzgados.

El mes pasado, el testimonio de dos pandilleros coincidió. Uno era de la clica Hollywood Locos Salvatrucha; el otro, de la Parvis Locos Salvatrucha. Ambos habían sido parte de de la Mara Salvatrucha en el departamento de Ahuachapán. Ambos se habían convertido en traidores a su pandilla. Ninguno de ellos estuvo nunca en Estados Unidos, por eso el primero no sabe dónde queda la avenida Hollywood y el segundo no sabe que su clica le debe el nombre a la calle Park View, que se encuentra frente al parque McArthur de Los Ángeles, pero que al salvadoreñizarse suena así: Parvis. Los dos son de aquí, del monte, del campo. Sus testimonios han coincidido: en el municipio de Turín, luego de entrar por la carretera y seguir la calle de tierra, se llega a las vías del tren, ahí se cruza a la derecha y se recorren unos 200 metros por las vías, pasando a un palmo de las portezuelas de las casitas humildes, y al llegar a la primera callecita de tierra que cruza a la izquierda, y en la que quepa un carro, se toma ese desvío, se deja atrás la casa de la entrada, se deja atrás el maizal, se abre una gran explanada y ahí se verá un árbol de jocotes; y debajo del árbol, una pila y el saliente de cemento de un pozo. Al fondo de ese pozo hay cadáveres.

Este día de principios de diciembre de 2010 es el primero en que las autoridades reconocen la zona. Ticas ha subido del pozo con la confirmación de que los testigos de la Fiscalía no mintieron, pero también con la certeza de que este túnel vertical será para él el reto más grande desde que en 2008 empezó a abrir tumbas clandestinas, a desenterrar cuerpos, a descender en pozos.

El trabajo no podrá hacerse en vertical, ampliando el diámetro del agujero para poder sacar los huesos. Eso es para pozos poco profundos, como el de Santa Ana, de 16 metros de profundidad, y del que Ticas sacó dos cadáveres en pleno invierno. No, el de Turín tiene 55 metros. La estrategia deberá ser otra.

En diciembre de 2010 empezó todo. Luego de la declaración de dos testigos criteriados, Israel Ticas, el investigador forense de la Fiscalía, descendió al pozo de Turín para hacer un primer reconocimiento. Encontró lo que se esperaba: huesos, ropa.
 
En diciembre de 2010 empezó todo. Luego de la declaración de dos testigos criteriados, Israel Ticas, el investigador forense de la Fiscalía, descendió al pozo de Turín para hacer un primer reconocimiento. Encontró lo que se esperaba: huesos, ropa.

3 de enero de 2011

Una excavación en ángulo de 45 grados. Esa es el plan A al que ha llegado Ticas. En lugar de excavar verticalmente abrirá un camino de 30 metros de ancho, casi una carretera, que empezará a 100 metros de distancia de la cabeza del pozo y descenderá hasta llegar a la raíz, hasta los cadáveres. Una vez la excavación haya topado con la raíz del pozo, abrirán un hueco en la pared de tierra y sacarán lo que encuentren.

El Ministerio de Obras Públicas (MOP) ha prestado el equipo: una pala mecánica, dos camiones y un tractor cargador para llenarlos de tierra. Hoy comenzaron a excavar.

27 de enero de 2011

Malas noticias. Dos frentes fríos se han encadenado este mes y han causado desastres, sobretodo en el interior del país. El MOP necesita sus máquinas. Ticas se ha quedado sin nada. En solo 24 días había logrado descender diez de los 55 metros. Estaba feliz, porque a ese ritmo con certeza evitaría el invierno. El invierno es la peor época para sacar cadáveres en El Salvador. Uno escarba, la lluvia inunda, uno vacía, la lluvia inunda, uno pone plásticos de contención en las paredes de las excavaciones y, mientras, la lluvia lo inunda todo. En fin, el MOP ha dicho a la Fiscalía que serán pocos días, que solo necesitan las máquinas para unas obras de mitigación y reconstrucción y que luego las tendrán de vuelta en Turín.

Febrero, marzo, mayo, junio, julio, agosto, septiembre, octubre, noviembre de 2011

El MOP no ha devuelto ninguna máquina. Los diez metros excavados hace casi un año siguen siendo diez metros. Un policía cuida desde hace nueve meses un pozo que nadie está excavando. Durante nueve meses, un policía se resguarda del sol y el sereno bajo unas láminas, y hace de velador de la profunda tumba de los sin nombre. Las gestiones de la Fiscalía del departamento de Ahuachapán tampoco han servido para que el Ministerio de Defensa ponga a disposición de Ticas el equipo que no presta el MOP.

El pozo, antes cubierto solo por maderos, ahora está sellado con cemento.

Ticas ha publicado en su página de Facebook que necesita una pala mecánica, un tractor cargador y dos camiones, que si hay alguien que se los pueda prestar se lo agradecería mucho, porque los necesita para sacar unos cadáveres de un pozo en Turín.

23 de diciembre de 2011

El Niño, de la clica de los Hollywood Locos Salvatrucha, es uno de los dos testigos que ha hablado sobre lo que hay al fondo del pozo. A este hombre de 30 años le encanta conversar. Le gusta conversar con fiscales, aunque lo hace de manera más formal, con menos adjetivos, con menos tripas y menos sangre. Le encanta que lo visiten otros expandilleros de la mara con quienes recuerda nombres de caídos en su guerra contra el Barrio 18, e intenta impresionarlos con su capacidad para leer a las personas con la llama de una candela y sus conocimientos sobre brujos y brujería. Hoy es la primera vez que en la casita con solar donde vive custodiado por un policía lo visita un periodista, y su actitud de gran contador de historias no cambia.

Han pasado tres horas de conversación. El Niño ha hablado de cómo se integró a la MS allá por 1994, ha dado detalles de cómo su jefe, Chepe Furia, se movía entre el concepto de mafioso y el de marero, ha contado algunos asesinatos en los que participó, otros que atestiguó y unos de los que supo. Ha hablado de drogas, extorsiones, amenazas, traiciones, policías corruptos, jueces amigos. Ha explicado de qué forma una traición puede destruir a una clica entera. A él, su propia pandilla le asesinó al hermano. Su hermano, conocido como El Cheje, era miembro de la MS en una clica diferente a la que pertenecía El Niño. Lo asesinaron porque sospechaban de él, y luego los asesinos de El Cheje intentaron terminar con El Niño también, para evitar que quedara suelto un matador enfurecido. Lo intentaron caminar –y este verbo es fundamental como pocos en este relato–, pero fue El Niño quien los terminó caminando a ellos.

Cuando un pandillero te camina es cuando con engaños te lleva al lugar donde te asesinarán. Vamos a tomar un trago. Vamos a visitar a aquel. Vamos a asesinar a fulano, pero allá te daremos el arma. Vamos a fumarnos un puro al pozo de Turín.

Así, hablando de esto y de aquello, la conversación con El Niño ha llevado a que él hable del intercambio de pandilleros. Cuando un pandillero está muy marcado por la Policía en la zona de operación de su clica, se mueve a otra clica, a otra zona, y opera allá por un tiempo. Se enfría, dice el Niño.

Dice que ellos tenían intercambio con otras clicas, que él mismo solía moverse hacia San Salvador de vez en cuando, pero que en cambio los pandilleros que se acercan a la zona de su clica, de la Hollywood, suelen hacerlo porque saben de sus pozos.

-Ellos vienen acá porque se da que hay calaveras en pozos. Y traen homeboys o bichas (pandilleros rivales) que las traen caminando, o homeboys que han cagado la vara, los traen a nuestros pozos, porque tenemos pozos. El pozo de Turín es el que yo entregué. El de Atiquizaya (un municipio vecino) ya hasta lo tapamos. No lo entregué yo porque son ondas antiguas, de homeboys que ya murieron y que para qué. En el de Turín, puta… Solo yo sé de cuatro calaveras.

12 de marzo de 2012

—Estoy de brazos cruzados. Yo quisiera que fuera más pacho y hacerlo yo con pala y con piocha, pero no puedo.

Israel Ticas está frustrado. Se le ve impotente. Desde hace unos 20 minutos camina alrededor del pozo y señala. “¿Ves? los mismos diez metros”. Apunta con el dedo la excavación que desciende hasta la raíz del pozo. “Las excavaciones en invierno van a ser demasiado peligrosas. He tenido experiencia en otros pozos. La tierra que ves arriba se vuelve una sedimentación y todo eso baja y se nos inunda abajo tanto de sedimentación sólida como de agua”.

Se sienta al lado del pozo, de cara a la excavación, con los cadáveres abajo.

—Me siento desesperado, decepcionado, como Fiscalía hemos tratado por todos los medios de que no quede impune esto. Son más de 15 personas las que hay en el fondo. Estoy seguro. Eso me dicen los investigadores.

Desde hace un mes, Ticas cuenta con una pala mecánica que le prestó la única institución que en el último año hizo caso a una de las cartas del fiscal jefe de Ahuachapán, René Peña. El Comando de Ingenieros de la Fuerza Armada le ha prestado la máquina. Sin embargo, la máquina sola no sirve de nada. Sin camiones de carga y un tractor cargador, la pala mecánica tiene que sacar la cucharada de tierra, recorrer unos 100 metros y soltarla afuera de la obra. Volver una y otra vez. Eso, en tiempo y combustible, está fuera del presupuesto.

—Lo repito –dice Ticas, como si ahora fuera a surtir un efecto distinto al que ha surtido en todo un año–: un cargador y dos camiones. Un cargador y dos camiones. Un cargador y dos camiones…

Vale la pena recordar un detalle más. Hace un año, cuando en enero de 2011 Ticas tuvo todo lo que necesitó, consiguió en solo 24 días excavar diez metros. El pozo tiene 55. Si aquel 27 de enero no le hubieran retirado las máquinas, y concediendo algunos días de imprevistos, hace unos diez meses que hubiera llegado a los cadáveres.

Durante todo un año, de enero de 2011 a enero de 2012, la excavación se detuvo. El MOP retiró las máquinas necesarias. La Fuerza Armada aportó una pala mecánica, pero por sí sola representaba una máquina inútil para esta obra.
 
Durante todo un año, de enero de 2011 a enero de 2012, la excavación se detuvo. El MOP retiró las máquinas necesarias. La Fuerza Armada aportó una pala mecánica, pero por sí sola representaba una máquina inútil para esta obra.

3 de abril de 2012

—¿Has visto que a la par del pozo hay una pila? –pregunta El Niño desde el solar de su casa-refugio, mientras revisa los rábanos que ha sembrado.

En efecto, a la par del pozo hay una pila. Una pila puesta ahí, lejos de todo, como si algún día alguien hubiera habitado esa parcela, vivido bajo ese árbol y sacado agua del pozo para lavar la ropa en esa pila.

La pila es el escenario de la breve historia que El Niño cuenta esta tarde. Es la historia de un asesinato, y como todas las historias de este tipo tiene una trama detrás. Ocurre que en este caso la trama es difícil de explicar, porque en esta guerra de pandillas hay cosas que son difíciles de entender desde afuera. A manera de ejemplo, en una ocasión, los miembros de la clica de El Niño mataron a un aspirante a pandillero porque en lugar de decir que estaba “pedo” por los efectos de la marihuana, dijo que estaba “peda”. Sus amigos de divierta consideraron esa una ofensa terrible, porque un pandillero lo hace todo en masculino, y son los enemigos los que hacen las cosas en femenino. Al autor de la confusión lingüística lo asesinaron a puñaladas ahí mismo, en plena reunión amistosa. Difícil de entender desde afuera. Los pozos no se llenan solo de asesinatos planificados y explicados en una perfecta lógica mafiosa. Muchos de los huesos son de personas que murieron por una lógica violenta mucho más simple, animal, pura. ¿Puedo matar? Sí. ¿Puedo ocultar el cadáver? Sí. ¿Es complicado que lo encuentren? Sí. ¿En mi entorno eso implica valentía? Sí. Entonces lo hago. De tanto hacerlo, me acostumbro, y forma parte de mi vida, y así poco a poco lleno pozos oscuros.

La historia que cuenta hoy es la de un muchacho al que El Niño recuerda como Ronal Landaverde, hermano de El Gringo, alguien que, según las sospechas de El Niño y de sus colegas salvatruchos, pertenecía al Barrio 18. Sin embargo, Ronal insistía en acercarse a los salvatruchos. Le agradaba fumar con ellos. Los salvatruchos se lo permitían, hasta que un día dejaron de permitírselo. Porque sí. Lo caminaron hasta el pozo de Turín. Ahí se dieron cuenta de que ninguno de los salvatruchos llevaba una pistola, así que utilizaron la pila de camilla y lo estrangularon con una pita. “Con corvo no, porque no queríamos sangre en el pozo”, razona El Niño. La razón dentro de la locura.

El de Ronal es uno de los cuatro cadáveres que la Fiscalía ha identificado gracias a los testimonios de El Niño y el otro testigo. Por esos cuatro cadáveres, la Fiscalía acusa a seis de los 43 miembros de tres clicas que fueron capturados gracias a las declaraciones de informantes. Todos ellos fueron capturados en octubre de 2010, y si en octubre de este 2012 el pozo no deja ver las calaveras, los reos deberán ser puestos en libertad tras cumplirse lo que la ley establece que puede detenerse a un ciudadano sin condena. La Fiscalía cree que hay más huesos en el fondo del agujero, porque los dos expandilleros han dicho lo que les consta, pero han asegurado que el pozo era frecuentado por varias clicas: Los Ángeles, Parvis, Hollywood, Acajutlas, Priding Gangsters, Fulton…

25 de mayo de 2012

Ticas está feliz. Luego de un altibajo, Ticas está feliz. Dice que a principios de abril consiguió que le dieran los camiones y el cargador, pero que a finales de abril se los volvieron a quitar. De nuevo se quedó solo con una inútil pala mecánica. Pero hace una semana, sorpresa: las cartas que parecían nunca llegar a nadie obtuvieron respuesta. Ticas vio entrar por el maizal la pala mecánica, tres camiones de volteo, un cargador e incluso un tractor para aplanar la excavación. La Fuerza Armada y el MOP le prestan de nuevo sus máquinas.

El invierno asoma, pero Ticas está revestido de optimismo.

—Le vamos a meter, antes de que los saquen lo abrimos, antes de octubre.

A partir de abril de 2012, la excavación se renovó a buen ritmo, pero para ese entonces, el reto se hizo mayor: algunas lluvias ya habían caído, y más que trabajar sobre tierra seca, allá abajo se lidiaba con lodo.
 
A partir de abril de 2012, la excavación se renovó a buen ritmo, pero para ese entonces, el reto se hizo mayor: algunas lluvias ya habían caído, y más que trabajar sobre tierra seca, allá abajo se lidiaba con lodo.

21 de agosto de 2012

El pozo parece ser una metáfora del país. Mientras más se escarba, peor se pone la cosa. Mientras más se espera para solucionar los problemas, estos se vuelven más engorrosos.

El pozo se ha inundado. Llegaron las lluvias y el pozo se le ha inundado a Ticas. Cuando todas las máquinas estaban listas, cuando solo faltaban 18 metros, el “maldito pozo”, como lo llamó Ticas, se ha inundado.

Las lluvias jodieron las matemáticas benevolentes del verano. Con semejantes aguaceros, en tres meses Ticas ha logrado avanzar solo 27 metros. Van 37 de excavación.

Es así, cuando el problema se deja reposar, el remedio ya no es el mismo. Ticas ya no tiene todas las máquinas que necesita. Tiene todas las que necesitaba antes. Ahora le falta una máquina para drenar el agua.

Pero Ticas sigue optimista. Cree que en mes y medio logrará abrir el pozo y antes de octubre las pruebas de ADN de los cadáveres dirán que esos pandilleros son culpables. Está emocionado con la posibilidad de que se rescaten más cuerpos, porque dice haberse enterado de que un informante, que perteneció a una banda de secuestradores, ha dicho que cuando lo abran “se van a sorprender”.

29 de agosto de 2012

El Niño ha integrado a su conversación algunas frases creativas para referirse al pozo. Por ejemplo, sobre los muertos, asegura que “los que están en el pozo no es de sequía que han muerto”. Luego se pone un poco reflexivo y se pregunta a sí mismo: “Imaginate si alguien hubiera decidido hacer una casa y limpiar el pozo”. Entonces uno se pregunta cuántos pozos desconocidos hay, detrás de cuántos maizales abonan los muertos, a cuántas historias de sangre le dan sombra los palos de jocote.

3 de septiembre de 2012

Hace apenas una semana que Ticas consiguió una bomba para drenar el agua. La drenaron y aceleraron la excavación, pero en el lodazal todo es más difícil. Solo han conseguido un metro más. Faltan 17 metros y mes y medio para el juicio.

Ticas ha ideado una técnica que le permitirá a él y su equipo bajar a reconocer la pared que tienen que perforar. Intentan abrir un agujero para entrar como topos hasta los cadáveres. Él, el investigador que levanta el acta de lo que se va encontrando y el técnico de laboratorio que debe llevarse las piezas. Cada uno se amarrará un lazo de un color. De esta forma, explica Ticas, “pensando en un desastre, así nos van a encontrar: el rojo es Ticas, el amarillo es el investigador y el celeste es el técnico”.

30 de octubre de 2012

Ticas anda en otra cosa. En otros muertos. En estos días ha sacado de la tierra a unos jóvenes de Soyapango y a unas mujeres de Santa Ana. Las lluvias aguaron todo en Turín. Era imposible excavar. Se empezó muy tarde a querer solucionar el problema, y el MOP se llevó su maquinaria y también la Fuerza Armada.

Todo está parado, nadie remueve la tierra de esos muertos.

Los seis pandilleros ya deberían estar, por estos días, en la calle de nuevo, tras dos años encerrados esperando lo que nunca ocurrió.

Ticas se siente como al principio, frustrado.

—Imaginate si cada uno de los que salga mata a una persona o a dos cada uno. ¿Cuántas serían?

Luego repite que le hubiera gustado poder hacerlo con una piocha y una pala.

Quizá somos eso, un país de piocha y pala para escarbar, sin capacidad para llegar más profundo y rescatar a nuestros muertos.

Principios de febrero de 2013

El jefe regional de la Fiscalía, Mario Jacobo, confirma que la representación del Estado pidió sobreseimiento provisional para los acusados de meter cadáveres al pozo. Dice que es una estrategia para ganar un año más y seguir excavando, que han logrado relacionar a dos de los cadáveres con seis de los pandilleros, pero que están seguros de que hay al menos cinco cadáveres en el pozo, si no es que muchos más. Espera que al final de este mes lleguen “al punto exacto al que el criminalista Ticas quiere llegar”. Desde hace más de un año, se podría agregar.

El jefe fiscal le llama “estrategia”, pero en el mundo de los juzgados, a la figura del sobreseimiento provisional, muchos le llaman el “sobreseimiento y no vuelvo más”.

Este año, ya con los acusados en la calle, Ticas sigue luchando por sacar los cadáveres. La misión se ha vuelto titánica porque algunas venas de agua se han roto. Ticas asegura que la Fiscalía está buscando un traje de buceo para poder acceder.
 
Este año, ya con los acusados en la calle, Ticas sigue luchando por sacar los cadáveres. La misión se ha vuelto titánica porque algunas venas de agua se han roto. Ticas asegura que la Fiscalía está buscando un traje de buceo para poder acceder.

2 de febrero de 2013

En estos días los medios de comunicación han vuelto a hablar del pozo con titulares como “Pozo en Turín contiene unos 20 cadáveres” o “Casi por finalizar las excavaciones en el pozo de Turín”. Las publicaciones confirman algo que nadie sabe explicar a ciencia cierta. La profundidad del pozo ha cambiado. Ahora, calculan que la base está a 42 metros de profundidad, quizá porque allá abajo hay nacimientos de agua, venas que la pala mecánica perforó. Haciendo cálculos desde la última medición donde faltaban 17 metros para los 55, ahora solo faltan cinco metros para que llegar hasta los 42, hasta el fondo.

En una de las notas de prensa, el ministro de Obras Públicas, Gerson Martínez, fue entrevistado sobre el aporte de camiones que ha hecho la institución que dirige. Dijo: “El MOP tiene un convenio con Seguridad Pública a través del cual estamos permanentemente colaborando con ellos”. También dijo: “Es una contribución que hace el MOP para derrotar la impunidad en el país”.

27 de febrero de 2013

El Niño declaró ayer contra 19 pandilleros de la Hollywood Locos Salvatrucha por el delito de homicidio, aunque ninguno de ellos vinculado al pozo. Dice que ahora solo le queda esperar que abran de una vez el pozo y fijen fecha para la audiencia en contra de los acusados, que quién sabe si estarán o no, si los volverán a atrapar o no. Dice que ya se está hartando de ir a tanto juzgado a declarar tanta cosa.

Por cierto, y aunque a estas alturas ya no parezca importante, por primera vez ha pronunciado los apodos de los acusados: Danger, Maleante, Gallo Callejero y Patas. Dice que no sabe acerca de quiénes más ha hablado el otro testigo.

30 de marzo de 2013

Ticas dice que está a solo cuatro metros del fondo, que está a solo cuatro metros de los 42 metros que marcan la nueva meta, que está a punto de llegar y que tiene miedo de morirse ahí adentro.

Los últimos seis metros parecen más un pantano que un hueco seco. Tienen lodo, agua. Ya no llueve en la excavación, pero ahora el agua sale de abajo. Un nacimiento subterráneo, varias venas de agua que ora explotan por aquí, ora tras esta arremetida de la pala mecánica.

Pero Ticas sigue entusiasmado, viendo la vida en lo muerto:

—Creemos que ahí al fondo hay un muchacho alto, delgado, de Santa Ana, al que se lo llevaron con todo y su laptop.

Aunque a día de hoy solo faltan cuatro metros de excavación, debido a las inundaciones estos podrían tardar semanas o hasta meses.
 
Aunque a día de hoy solo faltan cuatro metros de excavación, debido a las inundaciones estos podrían tardar semanas o hasta meses.

Ahora la hipótesis es que el primer cadáver está a 39 metros, y el último de los que han reconocido, con las exploraciones de topo que hacen abriendo agujeros que al poco tiempo el agua borra, está a los 42 metros. Y más, allá, como dice Ticas, quién sabe.

Este es el plan B, o C, o Z. Este es el plan que queda: desde la pared de tierra sobre la que destaca el pozo, en línea horizontal hasta el agujero donde están los muertos hay ocho metros. Ocho metros por avanzar hacia adelante. Ticas empezará a excavar desde arriba, desde los treintayalgo metros, e irá haciendo un túnel a manera de escaleras que descienden, de un diámetro de unos cinco metros, hasta meterse al pantano oscuro. Para eso, asegura Ticas, la Fiscalía le está buscando un traje de buceo de segunda mano o prestado. Así, podrá sumergirse en el líquido de muertos, en la raíz del pozo, en ese caldo de tierra y huesos que está bajo nosotros.

1 de abril de 2013

A día de hoy han pasado 805 días desde que las autoridades descubrieron el pozo. A día de hoy han pasado 28 meses desde que las autoridades descubrieron el pozo. A día de hoy, esto es lo que se puede decir del pozo:

Adentro del pozo hay cadáveres. Quizá diez, quizá doce, quizá hasta veinte, y ciertamente no menos de cuatro. En el municipio de Turín, en el occidente de El Salvador, luego de una calle de tierra, luego de unas vías de tren, luego de una casita de bahareque, luego de un maizal, hay un pozo, y adentro de ese pozo hay cadáveres.

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